martes, 19 de julio de 2016

Carta a mí misma


Hay cosas que nunca me contaron,

y que me quiero contar hoy,

a mí misma.

Hay que lavarse los dientes después de comer,

pero esperar un ratito,

las caries no las provocan las comidas,

sino los ácidos que estas crean,

así que cuídate ese estómago.

Por más que te portes bien,

te pueden pasar cosas malas,

y no es culpa de nadie,

ni de tu comportamiento,

ni de tus pensamientos,

simplemente, a veces las cosas pasan,

y lo importante es saber gestionarlas.

Hay que decir la verdad,

aunque hay gente a la que no le gustará oírla,

así que mejor, te la guardas,

como un tesoro,

hasta que tengan la llave - entendimiento,

que abrirá el cofre-saber.

Puedes creer y querer a quien quieras,

no necesito mayor explicación.

El dinero ayuda, pero no da la felicidad,

de hecho, he de confesarte:

la vida que creías que seguirías y que debías seguir

no

existe.

Al menos, no te da felicidad,

has estudiado, has trabajado,

has tenido pareja estable,

has creado,

has creado MUCHO,

y te has dado cuenta, de que eso sí te hace feliz,

pero no te hará rica,

y te da igual.

Pero dentro de ti,

te visualizas,

siempre te has visto,

sabes qué quieres, o qué te gustaría,

qué no quieres,

así que ve a por ello,

que la vida,

como el bus de las 8,33,

se escapa.




Carta para mí y quien la quiera leer | Hoy, Barcelona.

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