Hay veces que siento que mi cuerpo,
no es mío.
Hay días que me despierto con varios kilos
de sociedad en mi espalda,
y me cuesta respirar
libre.
Hay días que siento que mi cuerpo
no es mío
se deshace en miradas ajenas
que juzgan hasta la saciedad
la longitud y voluptuosidad
de mi falda,
el uso y
el color de mi ropa interior,
el vello
que no es bello,
pero en otros es natural,
el tono de mis ojeras
que muestra mi realidad.
Hay días que me despierto pensando
en cómo sería todo
sin esas cargas
sin esos juicios
sin esos dramas,
sobre mujeres,
sin mujeres.
Pero
sin nosotras,
el mundo
no
existe.
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